12 julio 2009

¿QUIEN PROTEGERA A NUESTRO AMOR?

La crisis económica y la consecuente caída del consumo del vino mundial, han repercutido desfavorablemente sobre la economía de Huelva, España. Es que estamos hablando del corcho y de su fruto, el alcornoque. Se han suscitado, en los últimos tiempos, una serie de problemas, por un lado, la crisis económica que citábamos, la venta de vino en España se ha desplomado en casi un 50%, y cifras importantes de caídas se suceden en todo el mundo.Extremadura es la segunda comunidad de alcornoque, en superficie de alcornocales, pero tiene mucha más producción industrial que la región de Andalucía, pero también sufre la problemática del corcho ya que el problema del consumo, no los deja afuera, Miguel Elena, Director del Instituto del Corcho señala que “a la actual crisis hay que unirle la situación previa de crisis que tenía el sector, hay que tener en cuenta las dificultades por las que atraviesa el mundo del vino, está en una situación comprometida”. No hay que dejar entonces de lado que es una actividad que viene atravesando problemas desde hace varios años, profundizándose con la actual crisis económica mundial.Hablando en cifras, tanto en Picos de Aroche, como en Sierras de Aracena, se ha paralizado la actividad, quedando unas 7.400 toneladas en el árbol, sin comprador en las miras, esto representa 7.400.000 kilos que en el 2009, no tienen ubicación en el mercado.A todo esto se suma la controversia de la utilización del tapón sintético, teniendo en cuenta que en los años 90, el corcho tapaba el 85% del vino que se consumía a nivel mundial, reduciéndose hoy al 70% de las botellas.Los anglosajones, principalmente Reino Unido, pero también Australia, muestran una gran indiferencia al modo en que se abra, si es con tapón de corcho, plástico o tapón roscado, a diferencia del ritual de los ciudadanos europeos en el tradicional descorche de la botella.Incluso en Huelva, los productores de tapones de corcho exigen a las autoridades el control de la producción ecológica, ya que la utilización de tapones sintéticos, afecta a la futura oxigenación del vino, determinando luego la calidad de ese producto.Nos acostumbraremos a percibir definitivamente los olores en un corcho sintético, o quizás al frío acto de acercar la naríz a una tapa a rosca? El tiempo hablará por nosotros.
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