18 diciembre 2009

“DIADEMA DIAMANTE”: LA ETIQUETA MAS CARA DEL MUNDO.

La etiqueta más cara del mundo, la lleva el Champagne “Diadema Diamante”, proveniente de la provincia florentina de Impruneta, que impulsó en sus etiquetas la presentación de 134 diamantes incrustados de altísima calidad, de la joyería más antigua de Florencia.
Estos diamantes son de 4 quilates, donde 40 de ellos van incrustados en el año de la cosecha, la gran D que identifica a la Bodega Diadema, (propiedad de Alberto Giannotti), lleva 32 diamantes, y la parte inferior del cuerpo, que señala “iadema” tiene otros 51 más pequeños, el costo final es de U$ 10500.
Los productos Diadema, nacieron hace 4 años, y todas poseen etiquetas con diamantes incrustados, no solo para Champagne, sino también vinos tintos, vinos blancos y aceites de la Toscana.
En el caso del Champagne, la base de uvas de 100% Chardonnay, pero para los que gustan de un buen tinto, se presenta el Diadema Diamante Mágnum, con 165 diamantes incrustados en etiquetas de plata o de oro blanco, con uvas Sangiovese, Cabernet Sauvignon y Merlot, viene embalado en una caja de madera con cuero negro, y cocidos con hilo de plata, en este caso el peso es de 5 quilates, y los diamantes van engarzados en oro, con una etiqueta de plata, y sale la friolera de U$ 15700.
El vino blanco posee uvas Chardonnay, Sauvignon Blanc y Viognier, el Diadema White 2005, con variedades como Pinot gris, Gewurtztraminer y Sauvignon, y los aceites extravirgen, están compuestos con variedades autóctonas como el Frantoio, Pendolino y Moraiolo.
En la actualidad, el 30% del vino que vende Giannotti, propietario de Diadema, es de Champagne, y el 80% de toda la producción se exporta a Japón, el resto va al mercado interno italiano, especialmente a hoteles, restaurantes y grandes enotecas, pero son principalmente los restaurantes donde son más solicitadas estos productos, dicho sea de paso, nos resultaría curioso imaginar el momento en que el comensal solicita una botella de semejante envergadura en el restaurante, y al finalizar, señalarle al sommelier con natural simpleza, “me la envolvería para llevar”….Bon Appetit.

16 diciembre 2009

BONARDA: LA COMPLEJIDAD DE UNA DAMA.

Para muchos especialistas esta variedad está recorriendo el sendero que tuvo que realizar el Malbec en su momento, tiene un origen muy confuso ya que hay expertos que señalan que proviene de Grecia, que más tarde se instala en Piamonte y luego se extiende a nuestras tierras, pero al parecer ya un estudio en 1970 a cargo del ampelógrafo francés, P. Truel, y estudios más recientes que se han hecho en la Universidad de Cuyo determinaron que el ADN de la Bonarda no sería el de la variedad italiana, sino provendría de la variedad francesa Corbeau Noir, “Cuervo Negro”, haciendo referencia a sus características cromáticas.
Esta variedad poseía en १९९० algo así como 12.186 hectáreas plantadas con un rendimiento productivo de poco más de 110.000 toneladas pasando a tener en este año, (según el Instituto Nacional de Vitivinicultura, para datos de 2005), unas 18.033 hectáरास con una capacidad productiva de 253.914 toneladas.
En sus comienzos era considerada una uva de baja calidad por su baja graduación alcohólica, su maduración tardía, y su volumen de producción, utilizándose para vinos de mesa pero con el transcurrir de los años, muchas bo
degas fueron apostando a su condición elástica, teniendo en cuenta que es una variedad a la que hay que seguirla, ya que es muy delicada y compleja en su proceso de elaboración pero que se llegan a obtener excelentes productos si se la trabaja con sumo cuidado.
En general la variedad Bonarda, podemos señalar que es un vino muy generoso con el color, que va de púrpuras, a violetas intensos, que sus aromas son muy frutales con predominancia de frutas rojas como la frutilla, la fresa, y en algunos casos con notas de vainilla, y en boca una buena intensidad siendo un vino liviano, bajo en taninos, inmejorable para consumirlo jóven, con un excelente acompañamiento con pastas, con aves y con algunas carnes.
A la Bonarda, se la debe respetar como a las damas, si la variedad Malbec es la reina, bien podría ser la Bonarda su princesa, su sensualidad resulta atrapante, su crecimiento no tiene límites, la complejidad de sus pensamientos es indefinible, hoy su rol está siendo más importante, ya no es solo “acompañar a…”, y el futuro la puede ver aún más en la cima de lo que pensamos, solo depende de ella, y por supuesto en acompañarla, y todo lo que significa enaltecerla… Bon Appetit.

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