01 diciembre 2009

VINO VERDE, PERO NO TAN VERDE!

Cuando hablamos de vino verde, la primera asociación referiría a su coloración, pero en esta ocasión estamos hablando de un vino de Portugal que tiene varias características para esta denominación, la primera es el color de todo su paisaje, con planos de viñas por toda la región, otra es que se produce a lo largo de la Costa Verde de Portugal, y la otra razón es relacionada a la juventud del vino, apenas madurado. La región que hacemos referencia se llama Minho y está ubicada en el noroeste lusitano, su entorno tiene características salvajes y muy naturales, toda esta región se encuentra surcada por el río Duero, proveniente de España, rodeado de colinas y grandes montañas. Hay entre cuarenta y cincuenta marcas productoras de vinho verde, entre las cuales las más conocidas son Casal García, Aveleda o Mateus, la marca Casal García, era propiedad de la familia Aveleda, y fue creada para 1939, siendo considerada la bodega más conocida y más consumida, no solo en Portugal, sino también en el mundo. Estos viñedos se encuentran en una zona muy rica en lluvias, según cuenta el enólogo de la bodega, sus racimos se prensan a muy baja presión, y se fermenta entre los 18° y los 20°, estas cepas se han cultivado, históricamente, en zonas muy pobladas, y hasta se llegó a prohibir su cultivo, lo que provocó un plantado entre los castaños, formando largas hileras que colgaban, como si fuesen parras colgantes, de modo que actualmente su cultivo se realiza en largos soportes de 10 metros de altura, manteniéndolo convenientemente alejado de la humedad, y por añadidura, de ciertas enfermedades. Los contenidos de alcohol varían entre los 9° y los 11°, y posee abundante anhídrido carbónico, lo que le proporciona algunas características semejantes a los vinos espumosos, ya que señalan que se llega a percibir cierta aguja en boca. Las variedades utilizadas para los vinos blancos son la Trajadura, Loureiro, Albariño, Arinto, y otras, y para los vinos tintos, que resultan bastante tánicos, se utilizan la variedad Amaral, Padeiro, Vinhao y Borrical, entre otras. El dilema aquí era su color, ya que la curiosidad principal reside en que la botella es de cristal azul claro, y al combinarse con el color ambarino del vino, da por resultado cierto color verde, pero este vino tiene un aspecto limpio y brillante. Es un vino con aromas florales y frutales, en algunos casos, marcadamente ácido, y que se recomienda beberlo, (según señala la etiqueta) a temperaturas bastante frías, también es considerado sumamente seco, y se lo puede combinar fácilmente con mariscos, bacalaos, y otras variedades de pescados, pero sin dejar a un lado su fresca compañía como aperitivo, o saboreando una copa, contemplando las orillas del Duero. Bon Appetit!
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